«No las queremos golpeadas ni asesinadas, pero sí que sigan subordinadas»
por enriquestola
La lucha de las mujeres por lograr la igualdad nunca se ha detenido. En el mundo y particularmente en Argentina, el Movimiento de mujeres y los feminismos están produciendo el más profundo cambio cultural en lo que va del siglo. El NO de las mujeres es cada vez más fuerte y de igual manera se fortalece la democracia. Paralelamente, otros cuerpos no reconocidos como quienes integran el colectivo LGTBIQ, han logrado conquistas formales en el plano de la ley y cambios significativos en la cultura y el espacio público.
Todo lo anterior sucede en nuestras sociedades patriarcales. A nivel estadístico es posible comprobar que las mujeres están peor que los varones en todos los ítems y soportan diferentes violencias que atraviesan sus cuerpos. Violencias que recién en los últimos años han comenzado a ser visibles para el conjunto social, especialmente la violencia de género extrema.
El patriarcado tiene sexo y es masculino. El machismo, esas actitudes y conductas que garantizan la dominación masculina coloniza todos los cerebros sin distinción de identidad sexual. Es gracias a la lucha de las mujeres que las alertas se han instalado y hoy podemos detectar rápidamente los múltiples discursos machistas, algunos teñidos de ingenuidad y otros con una claridad absoluta sobre los privilegios que no quieren perder y a los que no quieren renunciar.
En Argentina, el último flash machista lo expresó Cacho Castaña: «Si la violación es inevitable, relájate y goza».
Sabemos que la violación es una práctica sexual masculina que expresa en forma dramática el ejercicio de poder y el goce por la dominación de los cuerpos. Los varones violan a otros hombres, a las jovencitas los fines de semana, a veces solos y otras en patota o manada. Violan a sus esposas y a sus amantes. Violan en las guerras. Violan a sus hijos e hijas. Violan, gozan al hacerlo y llegan a matar cuando consideran que ya es suficiente.
Es cierto lo que dice Cacho Castaña, que es un refrán que el aprendió desde adolescente. Pero no menos cierto es que hoy, en 2018, repetir esas palabras es un indicador fuerte de insensibilidad ante el sufrimiento de las mujeres violadas.
Cacho pidió disculpas. También lo hicieron Trump, Piñera, Harvey Weinstein, Cordera, la Mona Jiménez, Arana y siguen los nombres. ¿Será la verbalización de una disculpas una conducta ética? No creo que sea así. Como en toda situación donde hubo un error que produjo un daño son necesarias la reflexión con una autocrítica que debe ir acompañada de actitudes y conductas reparatorias. En un momento como el actual sabemos que es políticamente correcto que cualquier machista conocido en los medios de comunicación se disculpe rápidamente para tratar de disminuir los efectos negativos sobre su figura. ¿Pueden disculparse sinceramente? Desconfío. Y tengo mis argumentos. Estos machos famosos hace rato que escuchan palabras como feminismo, patriarcado, dominación masculina, derechos de las mujeres, machismo, Ley contra la violencia de género, violencia simbólica, violencia obstétrica, estereotipos y así puedo seguir al infinito. Con solo poner esas palabras en internet tendrían acceso a diferentes posiciones y a bibliografía feminista. Pero-no-lo-hacen ¡NO lo hacen! Deciden no saber, eso tiene un nombre y es ignorancia-deliberada.
Sus afirmaciones, por brutales que sean o por mas suaves que parezcan ante la crueldad de los que ejercen violencia de género extrema, se articulan con el discurso hegemónico-machista-dominador. Tenemos indicadores de ello en los comentarios que otros machos dejan por escrito en los espacios para lectores de los diarios digitales, después que estos «ingenuos» y «bien-intencionados» exponentes de nuestra cultura han expresado su barbaridad machista y sus disculpas.
Es frecuente que muchos de los llamados «hombres de bien» digan: «Todos estamos contra la violencia hacia las mujeres».
Lo cierto es que hacen muy poco para que la violencia de género, la violencia machista deje de existir.
En realidad están diciendo: «No las queremos golpeadas ni asesinadas, pero sí que sigan subordinadas»
Feminista. Médico Psiquiatra. MN 50757 MP 61237
Publicado en INFOBAE, Buenos Aires, 9 de enero de 2018
Excelente análisis, gracias!
Si jamás de los jamás es discuten seriamente con nadie, siempre van a tener razón, quizás sea eso.
Chantas. Para que ponen para comentar si eliminan o no publican los comentarios?