Opinión: «Es necesario que se respete el derecho al tiempo»(abusos sexuales)

“¿Por qué no lo dijo antes?”, “Hablan ahora porque quieren perjudicar a la institución”, “¿No tenía entonces una amiga en quien confiar?», «¿Qué está buscando diciéndolo ahora?”, “Me suena algo raro que recién ahora lo cuente ¡luego de 20 años!”. Son expresiones de periodistas al conocer el relato de mujeres sobre la agresión sexual sufrida en otros momentos de sus vidas, o de jóvenes abusados cuando niños en instituciones religiosas.

Poderosas organizaciones niegan que el lugar más peligroso para niños y niñas es su propio hogar o también para los menores las instituciones que tienen total control sobre sus cuerpos.

Las agresiones sexuales producen un profundo impacto psico-biológico que obliga al psiquismo a reprimir recuerdos para mantener la estabilidad psíquica con la menores consecuencias en el cotidiano vivir. Algunas personas recuerdan imágenes de la agresión y otras acceden a recuerdos por un estímulo, por ejemplo, escuchar una música o percibir un olor.

Re-encontrarse con la experiencia traumática no es nada fácil pues obliga a ver el contexto del “allá y entonces”, aceptar los abandonos afectivos, la soledad de esos momentos, la falta de palabras para explicar lo que sucedía y la imposibilidades de compartir, ya que es frecuente que los adultos o cuidadores no quieran escuchar. Están presentes las amenazas del agresor, la culpa por la imposibilidad de detener la acción depredadora, la profunda vergüenza y la dificultad para entender lo sucedido. Re-encontrarse con el trauma muchas veces es además enfrentar poderosas organizaciones religiosas.

Quienes fueron agredidos sexualmente sólo hablan cuando están en condiciones de hacerlo y no por la imposición de la ley o del funcionario judicial.

El sufrimiento personal no puede ser regulado desde fuera por un almanaque. Es necesario que se respete el derecho al tiempo, el que se puede tomar la persona que fue víctima. Tiempo para poder hablar, para poder reparar y sanar.

Enrique Stola Médico Psiquiatra

Mi opinión en la nota realizada por Mariana Iglesias y publicada por Clarín el  20-07-2014

«Testimonios del horror: recién de adultos pudieron denunciar a un cura por abusos, pero para la justicia el delito prescribió»