Entrevista: ¿Porqué el poder machista mata? 09 DE OCTUBRE 2014, 07:50:54. Por: Natalia Bulacio

¿Por qué el poder machista mata? – Edición UNCuyo http://www.edicionuncuyo.com/novedades/index/como-se-cobra-el-poder-machista-los-cuerpos-de-las-mujeres

“El colectivo machista se encuentra inquieto, temeroso de perder sus privilegios”, dice el médico psiquiatra Enrique Stola, y agrega que algunos varones matan a la que no se resiste y también a la que dice que “NO”. No son enfermos, solo ejercen al máximo su poder.

Los diarios renunciaron a hablar de “crimen pasional” cuando una mujer moría a manos de su pareja. Ya se ve más usual la sanción al patriarcado cuando se habla de feminicidio. Hay algunas campañas viralizadas por las redes sociales y algunas capacitaciones en los centros públicos con las que se busca sensibilizar al personal. Pero los horrores no cesan. Todo esfuerzo por parte de organizaciones y del Estado mismo es bien visto, pero no siempre contemplado en los presupuestos de las áreas sociales, nunca como prioridad de las gestiones.

En Mendoza se visibilizaron mediáticamente tres casos muy llamativos en apenas cuatro meses. El primero: un policía que mata a la madre y al sobrino de su exmujer, previa amenaza y acoso. El segundo: un hombre que mata a su exmujer en su espacio de trabajo y luego se suicida (ella quería divorciarse, él no). El tercero: un juez le da una feroz golpiza a su pareja porque dudó al responder si lo seguiría amando con el paso de los años. Ejemplos de que la violencia atraviesa cualquier capa social, oficio o profesión.

Pero no son sólo casos. Detrás de ellos hay historias y una trama social que denuncia la urgencia en la concientización de la sociedad sobre la violencia hacia las mujeres, además de poner a la luz las falencias de los mecanismos que buscan proteger sus vidas, a veces –la mayoría de las veces– sin éxito.

Enrique Stola es médico cirujano, psiquiatra, psicólogo clínico y psicodramatista (MN 50747, MP 61237). Intervino en numerosos casos de abusos sexuales infantiles y fue perito de parte en el caso de Andrea Soledad Zapata. Comprometido con las causas que involucran los derechos vulnerados de las mujeres, el especialista echa luz sobre la necesidad de repensar las acciones de los varones y sus imposibilidades de frenar los instintos de muerte. Ellos buscan disciplinar con violencia. Cuando los golpes (verbales o físicos) no alcanzan para ese fin, sobreviene la muerte.

¿Qué les pasa a algunos varones que no soportan el rechazo de una mujer?

El marco de las relaciones humanas es la sociedad patriarcal, en donde toda la estructura social y cultural sostiene y privilegia la figura masculina por sobre la femenina y otros cuerpos feminizados. Esto implica poder masculino, dominación masculina, machismo cotidiano, o sea una multiplicidad de gestos, lenguaje, creencias, conductas, avisos publicitarios y hábitos que nos recuerdan que la mujer es heterodesignada (los hombres hemos definido cuál es el lugar que debe ocupar) y que los hombres nos designamos a nosotros mismos.

Los últimos 200 años han sido muy fuertes, gracias a las luchas de las mujeres feministas, en cambios sociales y culturales pacíficos (sin hombres muertos), que han producido mujeres que ocupan o quieren ocupar el espacio público y ejercer sus derechos humanos y civiles sin tutelas machistas. Es ahí donde actualmente el colectivo machista se encuentra inquieto, temeroso de perder sus privilegios. Así, los integrantes más desestabilizados aparecen como emergentes del grupo y sostienen una violencia de género extrema con la que intentan disciplinar a las mujeres víctimas. No son enfermos, solo ejercen al máximo su poder, su creencia (creencia social) de que el cuerpo de niños, niñas y mujeres les pertenece. Terminan matando a la que no se resiste y también matan a la que dice «no».

¿Cuánto hay de patológico en estos hombres que deciden matar a esas mujeres que los rechazan?

No son enfermos. No son monstruos. Solo varones que tienen aval social para ejercer su poder y que lo hacen hasta el extremo de matar a su pareja.

¿Cuánto hay de formación, de crianza autoritaria, que se ejerce diariamente para someter al otro?

La humanidad vive en sociedades en las que el ejercicio de la dominación modela la matriz social. En esa gran matriz se van dando diferentes configuraciones vinculares, todas condicionadas por un aprendizaje social del rol dominador-dominado.

La educación formal nos mantiene en la ilusión de la igualdad, mientras que la práctica cotidiana y las configuraciones familiares facilitan la estereotipia de roles sociales, el cómo deben ser la mujer y el hombre, el sexismo cotidiano.

Complejos sistemas interrelacionados en donde el cuerpo de las mujeres es atravesado por una multiplicidad de discursos y acciones condicionantes y subordinantes de la figura masculina. Revisar permanentemente los propios posicionamientos y ejercer la libertad e igualdad es un camino posible para desplazarse a lugares que permitan construir una sólida identidad y subjetividad independiente.

Hemos escuchado que algunos varones se suicidaron “por amor» o porque “no soportaban la soledad”. ¿Por qué algunos matan y otros “deciden” morir?

En los hombres violentos el suicidio altruista, el suicidarse para no matar a alguien, no abunda. Lo frecuente es que asesinen a su pareja o expareja y traten de sobrevivir. O maten a los hijos de la mujer (sean propios o no) como forma de dañarla en lo que más ama. ¿Morir por amor? Un mito del amor romántico, esa gran trampa cultural para las mujeres. Si mueren es por otra serie de conflictos que no pueden resolver, entre los cuales el vincular es solo uno.

Algunos varones reconocen con preocupación el aumento en las cifras por feminicidio. ¿Existe algo así como “la vergüenza de género”?

Creo que lo que llamamos tener «vergüenza ajena», vergüenza por la conducta de los otros, es un sentimiento que puede aparecer ante la intuición honesta pero que no es privativo de un género determinado. Me parece un buen síntoma que algunos hombres la sientan, pero sería mejor que dedicaran su tiempo a reflexionar sobre sus propias conductas machistas en lo cotidiano, en el hogar, en sus relaciones vinculares, etcétera.

¿Cómo llegaste a ser un médico psiquiatra y feminista?

La formación médica es técnica. Me formé también en el campo de las ciencias sociales, la psicología y actualmente curso mi doctorado en Filosofía.

Definirme como feminista fue un largo proceso de cambios internos y ejercicio de la libertad hasta conceptualizar que, como militante político y de derechos humanos, era en el feminismo en donde me sentía con todas las posibilidades de desarrollo pleno en una práctica de vida y social igualitaria y libre.

El aporte teórico de las mujeres feministas me resulta apasionante y, como contrapartida, los aportes teóricos de varones que no tienen lectura ni mirada feminista me aburren soberanamente. La reacción del colectivo de hombres machistas y mujeres colonizadas hacia los feminismos es para mí un indicador de por dónde es posible vivir la libertad e igualdad. Soy, en primera instancia, un hombre feminista y, a partir de ese lugar, la igualdad y libertad no admiten negociación alguna.

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Enrique Stola, género, violencia machista, mujeres, muerte, casos
Perché il potere machista uccide?
Intervista a Enrique Stola. Traducción al Italiano de Anita Silvano.
Che cosa succede ad alcuni uomini che non supportano il rifiuto di una donna?
Enrique Stola: Il quadro delle relazioni umane è una società patriarcale, dove tutta la struttura sociale e culturale, sostiene e privilegia la figura maschile sulla figura femminile e altri corpi femminizzati. Ciò implica potere maschile, dominio maschile, sessismo quotidiano, in altre parole, una molteplicità di gesti, linguaggio, credenze, comportamenti, abitudini e annunci pubblicitari, che ci ricordano che le donne sono etero designate (noi uomini abbiamo definito qual è il luogo che devono occupare) e che gli uomini designano a se stessi.
Gli ultimi 200 anni sono stati molto forti, grazie alle lotte delle donne femministe in pacifici cambiamenti sociali e culturali (nessun uomo è morto), che hanno portato le donne a occupare lo spazio pubblico e a esercitare i loro diritti umani e civili, senza tutele machiste. Ecco che il collettivo machista attualmente è inquieto, timoroso di perdere i suoi privilegi. Così, i membri più destabilizzati appaiono come emergenti del gruppo e sostengono una violenza di genere estrema, con la quale tenta di disciplinare le donne vittime. Essi non sono malati, esercitano il massimo del loro potere, della loro convinzione (convinzione sociale) che il corpo dei bambini e delle donne gli appartiene.
Essi finiscono per uccidere Essi finiscono per uccidere quella che non resiste e anche quello che dice «no».
Quanto c’è di patologico in questi uomini che decidono di uccidere le donne che li rifiutano?
Enrique Stola: Essi non sono malati. Non sono dei mostri. Solo uomini che hanno avallo sociale per esercitare il loro potere e lo fanno fino al punto di uccidere la loro partner.
Quanta c’è di formazione, genitorialità autoritaria, che si esercita giornalmente per sottomettere l’altro?
Enrique Stola: L’umanità vive in società in cui l’esercizio della dominazione plasma l’origine sociale. In questa grande matrice si danno diverse configurazioni relazionali, tutte condizionate da apprendimento sociale di dominatore – dominato.
L’educazione formale ci mantiene nell’illusione dell’uguaglianza, mentre le pratiche quotidiane e le configurazioni famigliari facilitano la stereotipizzazione dei ruoli sociali, come devono essere la donna e l’uomo, il sessismo quotidiano. Complessi sistemi interrelazioni dove il corpo femminile è attraversato da una moltitudine di discorsi e pratiche condizionanti e subordinanti della figura maschile. Rivedere costantemente le proprie posizioni ed esercitare la libertà e l’uguaglianza è un percorso possibile per muoversi in direzione di luoghi, che permettano di costruire una forte identità e soggettività indipendente.
Abbiamo sentito che alcuni uomini si sono suicidati “per amore” o perché «non potevano sopportare la solitudine.» Perché alcuni uomini uccidono e altri ‘decidono’ di morire?
Enrique Stola: Negli uomini violenti, il suicidio altruistico, il suicidio per non uccidere qualcuno, non è molto presente. E’ frequente che uccidano alla partner o ex partner e cerchino di sopravvivere. O uccidono i figli delle donne (sia propri oppure no) come una forma di punizione per ciò che più amano. Morire per amore? Il mito dell’amore romantico, questa grande trappola culturale per le donne. Se essi muoiono, è per un’altra serie di conflitti che non possono risolvere tra cui il collegamento è solo uno.
Alcuni uomini riconoscono con preoccupazione l’aumento del numero dei femminicidi. Esiste qualcosa come la “ vergogna di genere”?
Enrique Stola: Penso che, ciò che abbiamo chiamato “vergüenza ajena», vergogna cioè, per la condotta di altri è un sentimento che può apparire di fronte alla intuizione onesta, ma non è esclusiva di un genere. Credo che sia un buon segno che alcuni uomini la sentano, ma sarebbe meglio che dedicassero il loro tempo a riflettere sul proprio comportamento sessista nella vita quotidiana, a casa, nelle loro relazioni, ecc.
Come hai fatto a diventare uno psichiatra e medico femminista?
Enrique Stola: La formazione medica è tecnica. Mi sono anche formato nel campo delle scienze sociali, la psicologia e attualmente con il mio corso di dottorato in Filosofia. Definire me stesso come un femminista è stato un lungo processo di cambiamenti interni e l’esercizio della libertà, fino alla concettualizzazione che, come attivista politico e dei diritti umani, era nel femminismo che trovavo tutte le potenzialità per lo sviluppo pieno in una pratica di vita e sociale egualitaria e libera. Il contributo teorico delle donne femministe è per me appassionante, viceversa, i contributi teorici di uomini che non hanno letto o non hanno uno sguardo femminista, mi annoiano profondamente. La reazione del gruppo di uomini machisti e di donne colonizzate, nei confronti del femminismo è per me un’indicazione di dove si può sperimentare la libertà e l’uguaglianza. Io sono, prima di tutto un uomo femminista, e da questo luogo, l’uguaglianza e la libertà non ammettono trattativa alcuna