Niñas y niños víctimas-testigos de la violencia de género.
por enriquestola
Niños y niñas son víctimas de violencia del progenitor o padrastro y testigos de la violencia contra la madre. Generalmente están presentes cuando la madre es sometida a agresiones verbales o violencia física por parte de su pareja.
Ya sea que exista violencia dirigida a esos pequeños cuerpos, o presencien la agresión verbal y la violencia física contra su mamá, la escuchen en su dolor e imaginen si se están en otra habitación, se producirá inevitablemente tensión corporal en los niños. Es un estado de alerta que expresa la puesta en acción de los mecanismos normales del estrés. Si las escenas se repiten se va constituyendo un estrés postraumático, primero agudo y luego crónico.
Niñas y niños sienten un profundo dolor cuando su madre es atacada. La angustia los inunda junto con la sensación de soledad y desamparo pues el hombre que dice quererlos ataca al ser que aman y a la vez son abandonados afectivamente por él. Nadie los contiene en esos momentos. El macho-violento se mueve en el espacio pisando la alegría y la vida, inyectando terror y soledad.
Reitero: aunque la violencia no vaya dirigida a niños y niñas, estos no saben lo que puede suceder, cuales son los límites y a la vez temen que esa terrible energía que sostiene los gritos, amenazas, insultos y golpes se desencadene sobre sus cuerpos.
¿Los hombres violentos que agreden a las madres aman a sus hijos e hijas? NO: los macho-golpeadores no aman incondicionalmente a sus hijxs. No saben de qué se trata el amor incondicional y por lo tanto jamás pueden sentir-vivirlo. Sin embargo, religiones, juezas, jueces y funcionariado judicial sostienen el prejuicio machista que dice que un macho-progenitor «siempre es un padre que quiere lo mejor para sus hijxs» En el plano judicial estos hombres seguirán tratando de someter a su ex pareja, hijos e hijas con la complicidad de abogadxs y funcionarixs judiciales. Estxs dejan de lado los Derechos del Niño cuando sólo los califican de “testigos de violencia” como si lo fueran de un choque entre autos. Borran de un plumazo el historial de sufrimiento que tienen los niños y niñas y los obligan a revinculaciones forzadas con el macho-progenitor-violento. Quizás sea ésta la pedagogía que el Estado aplica para que niños y niñas aprehendan lo que es vivir en una sociedad patriarcal y machista.